Tengo muy abandonado este blog y no es el lugar ni el momento para exponer las razones de este abandono, pero haberlas, haylas. Por suerte, tengo una razón más poderosa para salvar el “maleficio”: Lara Romero, alias @larita20 me nombró, junto a @jmorsa, kioskera del mes de marzo, y antes de que salgan los de abril y nos destronen ;-) quiero explicarlo a los cuatro vientos.
Para quien no conozca el kiosko de las chuches 2.0 aquí la misma Lara Romero, una canaria-sevillana-madrileña con influencias catalano-venezolanas ;-) que, además de este exotismo, rebosa desparpajo e ilusión contagiosa, y a la cual conocí el mes pasado en la Jornada DIM-Espiral 2011, explica su origen.
El kiosko es una de aquellas experiencias educativas, sí he dicho educativas, que nos permiten a los docentes comunicarnos, conocernos, y que en definitiva son experiencias que podríamos incluir en la categoría del tan cacareado aprendizaje informal, en este caso del maestro, eterno aprendiz. Precisamente hoy me he levantado con las 500 palabras que mi admirado Alejandro Sarbach (@asarbach) añade al debate purposed, donde defiende los aprendizajes informales como auténticos. Este profesor de filosofía apostilla al final de su artículo, cuya lectura recomiendo vivamente, una idea, que comparto y que me gustaría destacar: “En este sentido, una educación para la autonomía se podría describir como el conjunto de aprendizajes que conservan toda la potencia de la informalidad, pero modelada y reconducida por el sentido auto-reflexivo que puede ofrecer el espacio escolar” .
Más de uno se estará preguntando qué tienen de educativas un montón de aplicaciones, algunas de las cuales solo sirven para pasar el rato, presentadas en un formato muy chulo y atractivo, eso sí. Es verdad que hay unas cuantas con una vocación claramente educativa como el creador de historias medievales, la aplicación para practicar la velocidad lectora, o los generadores de cómics, y tantas otras! Muchas buscan el simple divertimento, mi favorita de momento es la fotocabina. Y esto es solo una pequeña muestra, en el archivo, que con tanta dieta hipercalórica va engordando a diario, encontrareis el resto!
Pero no son estas, sin que por ello les reste valor, sus mayores virtudes. Sino lo es su potencial para facilitar la participación, colaboración y aglutinación de colegas de primaria, secundaria, así como de educación superior. Hecho este impensable, o altamente infrecuente con anterioridad a la proliferación de estos espacios virtuales para y por docentes, especialmente en Twitter. Aqui nos encontrareis a casi todos.
Participar en esta experiencia me ha permitido conocer a la creativa hada de azúcar 2.0 (merecido título por su entregada participación) Tamara Orozco (@tw_tamara), a la maestra de música @EstefaniaHita, a la creadora del blog de lengua y literatura Lengüetazos Literarios Silvia González (@silviagongo) , al animador sociocultural Juan Morata (@jmorsa), con el que comparto el título de kioskeros del mes de marzo; y reconocido a otros tantos participantes como @Isabel_Ruiz o MªJesus Camino (@mariajesusmusic) con las que ya había coincidido en alguna movida–encuentro, y resto de colaboradores, conocidos de la red que encontrareis en el mencionado archivo y que son ya parte de mi PLE.
Otras experiencias educativas informales diferentes, que comparten parecido espíritu, en las que he participado, son el listado de lecturas "A hombros de gigantes" impulsado si no me equivoco por @guidix y apoyado por Alejandro Sarbach desde su ya mencionado blog carbonilla, el twit-recetario promovido por @mcarmendz , el origami de @comosuena, el corcho para haiku de @m_aller, The Madhouse of Ideas promovido por @lindacq (otra dinamizadora) y @cristinacost, y otros tantos que surgen a diario en twitter.
Para algunos esto solo serán chorradas sin fundamento, inutilidades que diría el gran Pedro Villarubia, alias @pvil. Pero para muchos de nosotros son esa dosis de empatía y reconocimiento, entendido este como "gratitud que se siente por algún beneficio o favor concedido", que todos requerimos!
Gracias Lara, como representación de los muchos compañeros, que roban horas al sueño y asueto personal, por repartir ilusión y contagiar alegría por doquier.
